No te conformes con navegar el famoso canal de Beagle a bordo de una gran embarcación turística. Sube entre amigos a un precioso velero y surca estas aguas misteriosas contemplando paisajes casi vírgenes tal como lo hizo Darwin en el siglo XIX. Si te gustan los desafíos, gánate el derecho a llevar pendiente y dobla el cabo de Hornos. Y si no eres tan aventurero, no renuncies al menos a este mismo recorrido en un pequeño barco con encanto. ¡Es el fin del mundo!
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